RETRATO DE UN POETA
I
Te gustan los nudos y
el mar azul,
flotar, desnudo, entre
perdidos islarios
cuando las velas
tiemblan a lo lejos
con la diadema púrpura
del horizonte;
y una brisa húmeda,
ninfa de las aguas
volando inquieta a ras
de las olas
entre tornasolados
rumores marinos
y vagas fragancias, te
eriza la piel.
Tienes veinte años,
corazón impresionable,
la cabeza ligera y el
amor de las canciones.
Mucameas loco día y
noche sin preocuparte
el futuro, eres un
calambre; te divierte
la charla sin sentido
bajo los tilos,
cuando una traviesa
sombra verde
danza en los hombros
risueños
de Heloísa; bajo el
mediodía amarillo.
Abres las ventanas del
jardín y sales
a cuartos de estudio.
Sin querer
has caído de bruces
sobre un anotador
Luis dieciséis, víctima
de un dictado.
Casaca con botones de
plata sienta bien,
calzón de terciopelo,
zapatos de hebilla,
peluca, chorrera,
estuche de rapé,
no puedes zafar de esa
tarea.
La avidez del escritor
te domina, te sujeta,
te ahoga con sus
abrazos repugnantes.
Si quieres vivir a tu
manera, hazlo,
mas no olvides matar la
lámpara
cuando con lentas
caricias te aboques
erótico a lamer el
calefón.
La luz se prende, te
han descubierto:
debes comparecer ante
el Tribunal.
Un abuelo, engambado
sobre el arca de Noé
en medio de una
apoteosis de velorios
mientras el borde
serrado del mundo se eleva
contra un cielo
violeta, decreta tu destierro
y huyes, encorvado -tal
quien acaba de perder
un rubí por la acera-
privado de encanto,
pronto a lanzarte bajo
las ruedas asesinas
en cualquier lugar,
acobardado o ajeno.
II
He aquí que la
aspiradora se ha tragado
la bandera argentina.
No te importa,
sopor te adormece,
dejas caer el infolio,
Oneiros es quien de veras
cuenta.
Crees flotar con nubes
moradas y blancas
como un pájaro oscuro
de alas finas
planeando a
contraviento: es un cuervo
del foro, despiertas
con sobresalto.
Nada te detiene el
suicidio -bella idea-
mas piensas que mejor
sería posponerlo
al menos hasta el
verano siguiente:
has decidido concederte
un año entero
de libertad. Por
grados, paulatina,
la idea ha ido
empapando tu alma:
ser libre, ir donde
gustes, obrar bien,
mal, como lo imagines,
por un año.
Sin control, nada de
vínculos, sólo
impulsos. Latir de
venas impacientes
en el infinito
vibrante. Veneno
azul o sangre, labios
cárdenos.
Soma e intuición
sensible a
las melodías que ondean
el aire
voz de todos los
colores y coros
orquestando la armonía
del mundo.
III
Canción de las rutas,
canción de bosques,
canción de los minutos
sencillos.
Gallito sin tino, gira.
Veleta
enamorada de los cuatro
vientos.
Luciérnaga, punto sin
retorno.
Sé mi compañera
invisible
durante las horas de
este día redondo
durante todo este largo
día, siempre.
VERANO
PAISAJE
Arena, virgen de sílice
balde, multitud de
reflejos encerrados por un aro
encantado
colchón, oso deshuesado
dedo, cigarrillo rubio
eclipse, mediodía negro
flan, aguamarina
guitarra, balsa de olas
sonoras
horizonte, línea
plateada
ice-cream, palacio ruso
Japón, estampilla
kilómetro, paso
invisible
loma, corcovo del mundo
llanto, vicio
solitario,
molusco, laberinto
acampanado
niño, fruto de un día
ñandubay, textura clara
de paletas y placards
ojo, huevo (Leonardo de
Vinci lo demostró al
hervirlos)
pesca, pandemonio de
superficie
quebracho, estructura
vegetal formada por círculos
concéntricos
de crecimiento parabólico
radio, caja negra de la
cual brota la angustia del
fútbol
sapos, huellas
aplastadas de la verde primavera
termómetro, chupetín de
frutilla
úvula, manjar para los
gusanos
vilano, panadero
ensoñado
wind-surf, velas
relampagueando en el azul
xilografía, plato
romboide con un avestruz de
algodón
yudo, arte amatoria
zafiro, Atlántico.
GIRAN LAS RUEDAS DE BICICLETA...
Giran los ruedas de la
bicicleta, y el aire
te acaricia el pelo. El
sol pone doradas
en los rayos las gotas
salpicadas de los charcos.
¡Oh aroma de pino!
Invade la fresca mañana.
Vas entre bosques de
viejos castillos del Tuyú
pedaleando siempre,
prestando oídos a las aves,
con un pan de queso y
aceitunas en la cesta.
¡Cómo es hermoso andar
los caminos libre!
Nueve días llevas sin
tenderte en cama,
esquivo a las aldeas.
Lucila, Aguas Verdes,
San Bernardo, San
Clemente, Las Toninas
Te han visto pasar como
el vilano. -Incluso
por senderos abruptos
sigues, marchando a pie
junto al carro, como
acostumbran en Escocia.
LUCILA
¡Lucila del mar! Tus
casas son tristes,
agrestes y humildes
cual cesta de pan.
¡Lucila marina! Tu
nombre es fresco y dulce
y pleno de fragancia
como una mandarina.
Y tus vagos crepúsculos
sombreados de azul
descienden sobre
desérticas pajas solitarias.
Y tus nacientes
senderos, todavía inciertos
se pierden en el bosque
cual secos arroyuelos.
¡Oh! ¿Cuándo iremos a
correr por las orillas
del mar cristalino,
retozando felices en tu arena?
SIESTA CAMPESINA
Flota un avión en el viento celeste...
¡MUERTO!
En la mañana cargada de
aromas,
resinas nuevas y rayos
azules,
el ejército federal
lanzó una carga
sobre nuestras tropas
apostadas
en las afueras de
Buenos Aires,
infligiéndonos una
completa derrota
y poniendo en fuga a
nuestros efectivos,
excepto a los que, como
yo, quedamos
abandonados en los
surcos de la tierra,
pisoteados por los
cascos de los caballos.
NOCTURNO ADOLESCENTE
Hoy duermo locamente
enamorado
mas veo en sueños una
cebra azul;
hoy quisiera sentirme
transportado
a Citerea, a lomos de
un huemul.
Mas ¿en qué pienso, si
hoy, y mañana
debo sudar la gota
infeliz del estudio
sin nada parecido a un
interludio
para pasado mañana
atender mi bufete?
¿Podrá vivir amores un
abogado? ¿No estará
para estas cosas
definitivamente arrugado?
Y en caso que no lo
esté, y quiera morder
La pulpa sabrosa de una
manzana fresca
¿Tendrá dónde apoyar
sus carpetas?
-Tras la ventana, el
árbol está en camisón...
¿No es la mujer el sueño de Adán
hecho carne?
En este sentido
es digna de fe la Biblia;
porque si nuestras fantasías
y nuestros vagos ensueños
es cierto que buscan un cuerpo,
y éste no podemos proveer sin
darle nuestra propia sangre,
(porque el deseo es pompa
fugaz si no sustenta aliento,
y vive sometido a ley efímera)
nada es idóneo como el limo
ruboroso de una jovencita.
¡BUENA SUERTE!
Me cruzó por delante una hoja seca.
HOMBRE LLUVIOSO
Deja ya de llorar por la mujer anochecida...
BANDERINES
Celeste: mar calmo.
Rojo: olas de luto.
Blanco: bañero ausente.
Negro y amarillo: distracción.
NOCTURNO
Los muchachos conversan
animadamente o fuman
sentados en torno a las
mesas, bajo los faroles.
La brisa es cálida, con
un fresco olor
a algas marinas, como
siempre en verano.
Lejos, en la explanada,
las luces del puerto.
Pronto hará su arribo
una barca pesquera
Demorada largo tiempo
en alta mar
por la suavidad del
temperamento costero.
-Las muchachas
permanecen inmóviles, mudas
de pie entre las
sombras, como estatuas de luna.
ORILLA
Voy a confundirme con
la tarde, y a soñar
frente al mar, que es
mi hermano de leche
-suspensos plomo y
sedal en lo profundo-
con mi caña del color
del crepúsculo.
Vago sol
¿no irás a abandonar el
cielo?
Brillante lluvia
¿no irás a abanicar tus
ruedos?
Sol fluvial
¿no dejarás de
perseguir los barcos?
Lluvia desnuda
¿no dejarás semilucir
tus baños?
(Espuma viajera)
De lejos, blanquísima.
Burbujas: rosa amarillo
verde, violeta,
azul.
Temblorosas al viento.
A veces, pintadas sobre
la arena.
Mi pie borra sin piedad
ni discernimiento su
rastro efímero,
o se las lleva puestas
a paso de libertad.
(Zapatos de espuma)
(Mar de soda)
Sábana cristalina
extendida sobre la
verde
profundidad.
Ribetes de espuma
blanca
dejan a su paso
remolinos
gaseosos, estirándola
hasta la orilla.
Conmoción. Filamentos
de luz.
Perezosa y transparente
sobre la arena marrón
pulida como parquet.
(Mar de cerveza)
VILANOS
Recostado espalda a
espalda con mi hermana
miro volar livianos panaderos
en el cielo azul.
Miles y miles pasan,
exhalados por la matriz
germinadora de los
profundos campos en flor.
Tomo uno en la mano:
debo pedir un deseo
y soplarlo lejos: pero
no me decido, no sé
qué pedir, es tan vago
el curso de mi vida
que suelto al emisario
encargándole volver
Otro día. La brisa lo
arrebata a mis manos
ligero como un suspiro,
llevándolo alto
con los demás, en cuyo
tropel pronto se pierde.
Allí van todas las
esperanzas que dispersa el viento
Y no vuelven; y entre
ellas la mía, única
sin objeto. Curioso
destino de permanecer
para siempre incógnita,
misterio sin nombre
escapado de mi alma a
las copas rumorosas.
DIAS DE OCIO EN EL
PARANA
Arboles amarillos tocan
las aguas
con sus ramas vencidas:
es el verano.
Mi canoa navega sin
puerto fijo.
Quisiera hoy encontrar
un hogar,
una casa de madera
levantada
del suelo. Allá... más
allá de los sauces
está ese tinglado
maltrecho, donde habitan
palomas. A su sombra
quiero descansar.
.......................................................................
Se está bien aquí...
Perfume y polen
embalsaman el aire. Me
tiendo
sobre una alfombra de
manzanillas:
mi espíritu da vueltas
en el cielo.
Tengo un solo
pensamiento: ¿Dónde
vive ella? -Isleña, te
he visto
cara al río, triste,
por el vidrio
empañado de la lancha
de pasajeros.
Ibas de guardapolvos
blanco, creo,
y abrazabas carpetas...
.........................................................................
Ha caído la noche sobre
el delta.
En mi refugio
improvisado, es negra
la soledad, con fríos
puntos azules
titilando lejos..,
entre las frondas
duerme la mujer que me
desvela...
He botado mi canoa al
río oscuro
y navego, indolente,
viendo las formas
fantásticas de los
grandes árboles
que acechan como negros
gigantes...
DESDE EL BALCON
Cielo nocturno y mar en
sombras
alumbran una lejana
torta rosa
sobre el horizonte:
crece, al rato
y suma otro piso tras
la nube:
es ahora una fosfórica
torre
flotando en el negro
infinito
sin moverse, o un navío
gigante
demasiado quieto: no es
ninguno
de los tres,
desatinado, iluso
ahora comprendes: es la
luna.
OTOÑO
El
dinero
es
lo primero;
el
placer
viene
después.
Nada iguala el
maravilloso
color del dinero:
ni los vitraux
plenos de luz
ni el vino tinto
a contraluz.
Su fresco crepitar
cuando un banquero
cuenta billetes nuevos
es íntimo
como las hojas de
Shelley
e higiénico
como la deslumbrante
camisa
del alumno perfecto.
¡Nada supera el olor
del dinero!
Olor a criptonita
en fajos de cincuenta.
Viejo perfume de
Sarmiento.
Hedor histórico
a Casa de Tucumán
y frondas sin volumen
definidas por el
claroscuro.
Los billetes de cien
y los de mil
ostentan vistosos
sutiles misterios
prestigiosos
y poco aclarados:
sobre un cielo oval
de papel blanco
¿cómo aparece el
fantasma
del general San Martín?
La raya de oro
inconstante ¿comunica
al tesoro del Banco?
¿Y porqué no puede uno
robársela?...
Las
negras levitas
los
bellos galones
posan
gravemente
entre
antiguos cañones
y
granaderos a caballo.
¡Oh dinero hermoso!
Ya seas
un sol de níquel
abandonado en la vía
aplanado por un tren
ya estés
amarillo en tu ocaso
gastado por mil dedos
¡Aún vivesl
y te cambias por todas
las cosas.
Por eso mereces
la admiración de las
mujeres
y el aplauso del poeta.
Ya seriamos bastante
burros sin ti.
¡Hermoso
dinero!
Circula
entre tintineos.
¡Dinero
redondo!
Gira
ante los ojos.
Perro
de aire comprimido.
Apunto a la perdiz
y se para tenso.
Disparo, y se
desmadeja.
Perro
de burbujas.
Océano
de gallos.
Voy hundiéndome entre
picotazos.
Cuchillo
hueco.
Cortando los árboles
congelados.
Durísimo
teléfono.
-¿Hablo con Cusí?
-¿Qué Cusí?
-El que se casó con el
surubí.
Teléfono
fósil.
La palabra vale plata.
El silencio vale oro.
(Por las
dudas no hablo.
To
laconizein estí filosofín.
O como
dijo San Martín:
habla poco
y lo preciso.)
Sus sílabas son plata.
Su silencio es oro.
(Esclavo
de lo que dije
y dueño de
lo que diré:
esclavo me
ata la boca
que había
liberado un rey.)
Tus voces plateadas.
Nuestros dorados silencios.
(Tengo
derecho a permanecer
callado.
Todo lo que diga
puede ser
usado en mi contra.
Léanme mis
drechos.)
Voz.
Silencio.
(Mejor
llamo a mi abogado.)
Huevos
podridos,
huesos
podridos.
Bombas exquisitas
para el teatro.
Huesos
podridos,
huevos
podridos.
Cañones prehistóricos
para el museo.
Huevos
podridos.
Con harina mohosa.
Huesos
podridos.
Con perfume negro.
Carabela
otoñal
.
Lleva sobre cubierta
una fila
de álamos secos,
mientras se pierde
en el horizonte
celeste.
Carabela
invisible.
Fuego
elíptico.
Incendio la cajetilla.
Fuego
cuadrado.
Cayena,
Paramaribo.
Me fui en un Porsche
celeste.
Cayena.
Inflado cual panecillo.
Paramaribo.
Siguiendo un túnel de
viento.
Cayena.
Hacia un arácnido
brillo.
Paramaribo.
Cayena, Paramaribo.
Hielo
azul,
Cielo
azul.
Delicia cristalina
para los dientes.
Cielo
azul.
Hielo
azul.
Luz compacta
para los ojos.
Hielo
azul.
Con fernet.
Cielo
azul.
Con claridades frías.
Escalera
de viento.
Subo cinco o seis
peldaños.
Pozo
de aire.
Escalera
de agua.
Endurece con el frío.
Escalera
de cristal.
Botines
y espejos.
Estalla un pelotazo.
Botines
y astillas.
Aceite
de aluminio.
Rehogo
un colador cargado
5' al fuego.
Papafritas platinadas.
Finísimas
maquinarias .
Rebanan 100 g. de tiempo.
Ronquísima
corneta.
Amanece en un cuartel
de juguete.
Luna
rosa.
Arboles verde agua.
Luna
lila.
Arboles verde oliva.
Reloj
de caramelo.
Ácido...
limón y frutilla
sobre la lengua...
en un minuto se deshace
en la boca.
Reloj
de tabaco.
Dulce...
humo azul
por la nariz...
en una hora se deshace
en cenizas.
.
Noche
plateada.
Los ángeles escapan
por la claraboya de la
iglesia
a sus nidos de nubes.
Dios deja ver su halo
alrededor de su faz
invisible
donde brilla una pupila
nívea: la luna.
Día
dorado.
Los ángeles vuelven
por la claraboya de la
iglesia
a sus nidos pintados.
Dios deja ver su
aureola
alrededor de su faz
invisible
donde brilla una pupila
roja: el sol.
INVIERNO
helado
como la escarcha
helado como la nieve
helado como el granizo
helado como el hielo
helado como los
témpanos
helado como
estalactitas
helado como el invierno
helado como Siberia
helado como pingüino
helado como el alba
helado como Septentrión
helado como sol blanco
helado como glaciar
helado como gelatina
helado como escandinavo
helado como manzana
fría
helado como corazón
helado como
entumecimiento
helado como el temblor
helado como el miedo
esquiadores por laderas
empinadas
esquiadores como
penitentes blancos
esquiadores sobre
raquetas de tenis
esquiadores con plumas
negras
esquiadores con guantes
de amianto
esquiadores con cascos
de esgrima
esquiadores con arpones
cazafocas
esquiadores con
bolsillo mosquitero
esquiadores con gafas
amarillas
esquiadores con cara de
bufanda
esquiadores con pétalos
en jaulas
LA COSA DEL PANTANO
El cerebro de acelga
respondía:
"Aprende el arte
sereno del paisaje.
Ningún mortal ha visto
el cerco
donde los viejos
árbolés meditan
eternamente bañados por
el rocío.
"No hay noches en
sus días, ni días
en sus noches. Ellos
sueñan en el seno
de la luz, agriando
mieles silvestres,
que gota a gota filtran
de los panales
colmados en la estación
ubérrima.
"Sus vientres
huecos cobijan telarañas
que tiemblan con el
viento, sombras
de ocho patas suben y
bajan pulsando
sus hilos tendidos como
una lira.
Es extraña su canción,
te lo aseguro.
"Y aún sus raíces
se estremecen
por la noche, atadas a
la tierra.
Pero nadie perturba su
sueño.
Cuando una vez avino un
extranjero
con pulmones
cotiledóneos y pie foliado
"A mamar la
antigua sabiduría del bosque
fue rechazado, ignorado
por los árboles eternos
quienes decretaron su
destierro en augusto cónclave.
Al pantano donde nació
le enviaron de vuelta,
a chapotear por siempre
en la ciénaga inmunda.
"Y chorreando
lágrimas de lodo, el Ser
cuyo crestón rojo con
la ira se encabrita,
se hundió de nuevo en
la espesura
donde no penetra el
sol, a ocultarse
de todas las miradas
que le herían."
Así habló aquel a quien
las penumbras
evitaban la vista. Yo,
cuya tez pálida
por el continuo trabajo
en las minas asemeja
un tísico, abandoné ese
bosque húmedo
con mi carga de carbón,
sin volverme
A mirar atrás, hasta
llegar a mi choza.
Pueblo de misterio,
nadie le ha visto,
como no fuese aquel
miserable Jacinto
que el invierno pasado
se hundió,
dando horribles
alaridos, en el agua oscura.
CEPHALONIA
Verde, verde y luminosa
es la montaña
por cuyas laderas
corría en mi juventud
buscando una manzanilla
de corazón dorado;
más allá de ella yacen
los mares de azul
carbónico, con islas
que mienten no tener fin
bajo un cielo de
tormenta azul mate.
Una sombra viajera ha
cubierto la tierra
y un viento húmedo
llega a mi refugio
anunciando la lluvia;
miro los ojos ciegos
de una estatua y aspiro
ese aire pesado.
ALHAMBRA
Las llamas danzantes de
tus fuentes
pueblan de largas
sombras los patios
oh sultán, invoca ahora
si gustas
los genios maléficos del
fuego.
Arbol disparado al
cielo trébol
tamizando el prado
regaliz
aquí fuimos felices
cuando los hurones
pasaban en tren
máquina esmeralda a
pleno sol
entrañas de agua
funcionan
serrucho mineral
prolijo interminable
cristales bajo el río
brillan
nuestra carpa cónica de
indios
estrella de piedras
blancas
Lomos de cerro negro
mate cocido
crudo lomo de piedra
negro y gris
bruñido
estrellas escarapelas
de la noche
cielo a franjas azul y
celeste
alternas
campo dormido campo
través
ranchos lejanos ranchos
sin luz
el destino del perro
negro
es el camino del paria
ESTANCIA LAS AMALIAS
Lluvia amarilla y
violeta entre los sauces
tristeza sin fin,
soledad de mi alma mustia
de pasear por los
bosques, en los finales
grises donde la tarde
se sienta a morir.
Soy el último de una
vieja estirpe
criolla; mi prima, a
quien yo amaba
apasionadamente, yace
en la glorieta del parque;
ángeles de piedra
custodian su sueño.
La furia ciega del
destino que persigue
generaciones me ha
quitado todo consuelo;
consagraré mi vida al
culto de Ella
hasta que yo mismo me
convierta en recuerdo.
JUEGO DE INFANCIA
Llamas blancas en el
cielo.
Lejos, las voces de la
aldea,
Ronquido de un camión
que no llega
a perturbar la paz de
la tierra
Adormecida por el silbo
de un pájaro.
Arco íntimo y rápido de
un talón
Bajo el follaje azul,
alba de un cuerpo
desnudo
Que consume su pasión
en el humo luminoso.
PRIMAVERA
SOLSTICIO
Gloria radiante del día
celeste
brinda lastimándonos
las canillas
idílicas espinas de
crema batida.
Forro del pantalón
vuelto al revés
elude el imperio del
sol escueto
bajo dulzuras de la
sombra cítrica.
Ganas de mejorar la
vida, impulsos
filantrópicos,
intuiciones aéreas,
suspiros...
CALLE DESIERTA
Camina marcando las dos
menos diez.
No es tarde, no es tarde,
hombre apresurado.
Cuerpo escultural ¿cómo
es posible, tú
que debieras dar las
doce en punto
Cuando los deseos
vuelan hacia tí silbando
como el viento por el
hueco de un tronco?
(El sol cae como un
bombazo sobre la esquina.
Ya el llanto hace rodar
por tus mejillas
Ríos transparentes que
brillan como el oro)
...No es tarde, no es
tarde, hombre apresurado.
CYCLAMEN
Ojo de agua enfoca
rosas submarinas. . .
HYMEN
Cielo son volutas de humo azul...
CANCION
Rosaleda violeta
arboleda azul
30% de disminución
auditiva
Luna negra ojos dorados
repunte en bonos y
acciones
Agujas de agua caballos
de azabache
tensión diplomática
entre España y Canadá
Ojos violeta luna azul
casi olvidé que te
quería
Rosaleda negra arboleda
de azabache
casi olvidé que te
adoraba
Agujas doradas caballos
de agua
casi olvidé que eras mi
vida.
ALBUM AZUL
Hoja celeste de cielo
falda de mar rosado.
Hoja de pétalo azul
cinta de hormigas
negras.
Hoja de nube
lapislázuli
oro de sol en polvo.
Hoja de cielo rosado
falda de mar lila.
Hoja de pétalo negro
cinta de hormigas
grises.
Hoja de noche lapislázuli
nieve de estrellas
caídas.
BESO
Suave se desliza la luz
rosa sobre las colinas.
A lo lejos, un ave
canta larga y tristemente
antes de volar. Miro en
torno: manantiales, caballos
y tábanos, árboles
susurrantes, nubes azules,
Quizá por última vez.
¿El año que viene
me encontrará? De uno a
otro pie descalzo
median meses de vano
deambular por la calle
encerrado en la horma
de un zapato italiano.
Decir, como la mendiga
que holla con su planta
la escalera del puente,
que cada paso es un beso
a la tierra, que cada
mirada es un beso al cielo,
que cada aliento
renovado es un beso al mundo.
ARPEGIOS CON SOL BLANCO
Lluvia verde sobre
grama oliva
niebla rosa sobre
flores rojas
brisa lila desde
frondas violeta
cielo celeste sobre mar
azul.
GOLONDRINA
Suelta el ala sobre el
mar, que ya el cielo
pone azul en la
acuarela de la tarde;
abandona el albergue
blanco y rojo
del campanario donde
hiciste tu nido
que ya la estación se
muda, y con ella
el horizonte redondo de
tu ojo negro.
TRIGAL
El campo ondeante
levanta olas rubias
de trigo maduro;
un susurro apagado
corre por su extensión
desierta y fatal
donde bandadas de
cuervos
persiguen las almas
gogh
y expira, lejos
en rompientes
silenciosas.
Las copas de la
arboleda son nubes:
El plátano un nimbo
blanco y gordo
-debajo pastan vacas.
El cerezo un cirro
tenue y rosa
-debajo juegan duendes.
El ombú un cúmulo
negro y cargado
-debajo te di un beso.
CIELO ROSA
Mujer, no creas que
venciendo
la indolencia de esta
tarde elegíaca
vaya a escribirte unos
versos;
es que mi corazón,
ruiseñor pardo
se ha ido a los altos
chopos
a esperar la noche,
retozando
en las ramas, y no sabe
volver.
Tal vez con la aurora
despierte
entonando un canto
maravilloso
y triste, que estará
dedicado a ti.
Voy con el viento que
mece
un pétalo de rosa
una gota de agua
una pluma de ave.
VISIÓN
Mar redondo.
Cielo verde.
...Y nubes despeinadas.
SUSPIRO
Suspira el paisaje por
ti, primavera...
lloran las nubes... el
bosque azul
tiembla de angustia...
por ti, primavera...
ARMONIA DE LA TARDE
Los trinos
recorren las frondas
en escala que va
del agudo al grave.
Las plumas
abanican el cielo
en gama que va
del violeta al blanco.
AIRE PURO
Temblando está la pompa
de jabón;
el cielo refleja y el
sol dorado,
el campo verde y la
arboleda azul;
sube, sube,
inconsistente y frágil
como un pequeño mundo
efímero
y estalla al punto, sin
dejar rastro.
ALMA DE VIOLETA
Violeta triste, violeta
frívola
de la arena mojada has
bebido
la última gota de
humedad.
Al aire has lanzado tu
último suspiro
mendiga a la luna su
fría piedad.
Violeta triste, violeta
frívola...
MEDUSA
¡Isla de rayos vivos
mecida por las olas,
joya del mar azul!
ANILLO
Débil titilar de tus
rubíes,
promesa de amor
inaudible
en la tarde inmensa,
sin ella.
NECTAR
Bebo el agua clara de una nube de verano
contenida en blanca rosa, como una copa.
Verdes cimas
suspirantes
torna áureas el sol:
¡pajarillo cárdeno
mecido por la rama
última, llama de amor!
CANCIONES PROVINCIALES
Un riacho en forma de
rayo
baja la cuesta: helado
está,
llegando desde nevadas
cumbres
donde el día es blanco,
carne
de crudo invierno, por
bajos
lechos de piedra que
interrumpen
cascadas, hasta los
llanos verdes
risueños de albahaca y
manzanilla.
Y se desata al beso de
primavera
azul...
SOL DE MAYO
Macetas rojas en V
contra el cielo azul:
Hoy es día de gloria,
para las lavanderas
que salen a baldear por
las azoteas.
Macetas rojas en V
sobre los balcones:
Hoy es día de gracia,
para las viejecitas
que salen a solearse
con los canarios.
RELOJ DE LUNA
Media luna de humo.
-El cielo occidental,
sobre el desierto
ya está luciente como
una perla gris.
Media luna de nubes
argentadas.
-El cielo oriental,
sobre el océano
ya está profundo como
un diamante negro.
FUGA
Con botas color cielo
camino lejos...
-Nadie me verá, y en la
mañana
hollaré todo el polen
del campo.
Con botas color tierra
vengo de lejos...
-Nadie me oirá, y por
la tarde
seré otra vez un
paisano.
CREPUSCULO
Sol tras los abedules:
oro rojo y verde inglés.
Burgueses concurren a
la iglesia provinciana
vestidos de domingo,
convocados por vísperas.
Oigo un abejaruco
cantar sobre el ramaje
Lejos, en el bosque
oscuro: cita nocturna.
El cura habla con voz
dulce a su grey
complacida de verle en
papel de hermano
mayor: cuando la
guitarra desgrana un acorde
Desatando las voces
jóvenes, es una ola
incontenible de emoción
que me echa al patio.
Allí todavía desentona
mi levita de terciopelo
negro, y la esfera
amarillenta de Ulises Nardin
Que asoma a medias del
profundo bolsillo
entre manoseadas
tarjetas de duelo. Abuelo
me conjuró a usar su
ropa por cinco años;
no puedo hasta entonces
gozar mi edad.
OTOÑO
Durante todo este día
he seguido
el carro que junta los
pardos rastrojos
por las plazas y las
calles de tierra
bajo un cielo hosco.
Durante toda esta tarde
he seguido
la huella del caballo y
las ruedas
por los caminos rojos,
verdes y amarillos
bajo un cielo nublado.
Ásperos son los olores.
Los pájaros disparan
a lo invisible, donde
tienen sus nidos.
-Y la melodía de la
lluvia suena
en cada hoja seca.
LIRICA
La tarde enreda gritos
a la cola de los
barriletes.
-Transparencias verdes
y azules tiene el
cielo-.
Bajan las estrellas
a beber al río.
-Los niños las cazan
con sus redes-.
Campanadas explotan
en el aire negro.
-La noche se astilla
como un vidrio-.
HISTORIA DE PUEBLO
Ese pañuelo huele a
Dios;
lo ha tomado
el niño con sus manos
y lo ofrenda a su
madre.
¡Huele a Dios!
Asustada,
la madre lo lleva al
cura.
Este sabe qué ha de
hacer.
Lo mete en un
relicario,
de donde no ha de salir
sin permiso, como
perrillo faldero.
...Tiempo después,
bandoleros saquean la
iglesia
y roban el pañuelo.
¿Huele a Dios? Ya no.
El pañuelo se pierde.
...Pasa el tiempo...
El cura se ha muerto,
y la madre...
El niño se ha hecho
abuelo...
Una tarde toma el
fresco
en el porche,
recordando...
Saca un pañuelo del
bolsillo...
Huele a Dios...
CIELO POR LA VENTANA
Azul limpio donde nada, lejana y dulce, una
campanada...
DESPUES DE LA LLUVIA
¡Oh mira el cielo sobre
el campo
celeste tierno
y mira el cielo sobre
el mar
nublado azul!
Un arco iris, todo
esmeralda
rubí y oro,
unió el cielo con la
tierra
recién lavada.
APARICION
La luna en el cielo de
la tarde
es un fantasma tan
vago, que parece
una nube, redonda y
pálida.
AMOR
Otoñales,
los árboles iluminan
nuestro
encuentro en la soledad
como
suaves hogueras de oro claro.
ADIOS
Inmenso mar sin
consuelo,
manto eterno con olas
de oro
voy a ti, desnudo y
solo.
INSPIRACION
El último rayo del sol
y el primer rayo de
luna
se encuentran en mi
frente.
PLENITUD
El colibrí suspende su
vuelo
ante el fuego blanco y
verde
del macizo, y liba la
flor.
PAZ
¡Agua rosada en el
cielo
es la nube del ocaso,
lago
donde se bañan los
ángeles!
DIA LLENO
Creces por semanas
hasta el plenimerio
donde maduran los
sueños candeales
Vida dorada, amasijo de
esperanzas
por quien dilapidamos
vida fresca.
Nadie sabe cuándo
llegas, ni cómo te vas.
Te hemos consagrado una
llama perenne
En cada pecho, Día de
los Dones
para aguardar en
vigilia tu llegada.
Y si tu aliento aroma,
si de tu boca
el soplo nos
despeina...