sábado, 19 de febrero de 2022

 

                RETRATO DE UN POETA

 


                           I

                     

 

Te gustan los nudos y el mar azul,

flotar, desnudo, entre perdidos islarios

cuando las velas tiemblan a lo lejos 

con la diadema púrpura del horizonte;

y una brisa húmeda, ninfa de las aguas

volando inquieta a ras de las olas

entre tornasolados rumores marinos 

y vagas fragancias, te eriza la piel.

 

Tienes veinte años, corazón impresionable, 

la cabeza ligera y el amor de las canciones. 

Mucameas loco día y noche sin preocuparte 

el futuro, eres un calambre; te divierte 

la charla sin sentido bajo los tilos, 

cuando una traviesa sombra verde

danza en los hombros risueños 

de Heloísa; bajo el mediodía amarillo. 

 

Abres las ventanas del jardín y sales

a cuartos de estudio. Sin querer

has caído de bruces sobre un anotador 

Luis dieciséis, víctima de un dictado. 

Casaca con botones de plata sienta bien, 

calzón de terciopelo, zapatos de hebilla, 

peluca, chorrera, estuche de rapé, 

no puedes zafar de esa tarea.

  

La avidez del escritor te domina, te sujeta,

te ahoga con sus abrazos repugnantes. 

Si quieres vivir a tu manera, hazlo, 

mas no olvides matar la lámpara 

cuando con lentas caricias te aboques 

erótico a lamer el calefón. 

La luz se prende, te han descubierto: 

debes comparecer ante el Tribunal. 

  

Un abuelo, engambado sobre el arca de Noé 

en medio de una apoteosis de velorios 

mientras el borde serrado del mundo se eleva 

contra un cielo violeta, decreta tu destierro 

y huyes, encorvado -tal quien acaba de perder 

un rubí por la acera- privado de encanto, 

pronto a lanzarte bajo las ruedas asesinas 

en cualquier lugar, acobardado o ajeno. 

 

                             II

 

He aquí que la aspiradora se ha tragado 

la bandera argentina. No te importa,

 sopor te adormece, dejas caer el infolio,

 Oneiros es quien de veras cuenta.

 Crees flotar con nubes moradas y blancas

 como un pájaro oscuro de alas finas

 planeando a contraviento: es un cuervo

 del foro, despiertas con sobresalto.

 

 Nada te detiene el suicidio -bella idea-

 mas piensas que mejor sería posponerlo

 al menos hasta el verano siguiente:

 has decidido concederte un año entero

 de libertad. Por grados, paulatina,

 la idea ha ido empapando tu alma:

 ser libre, ir donde gustes, obrar bien,

 mal, como lo imagines, por un año.

  

Sin control, nada de vínculos, sólo

 impulsos. Latir de venas impacientes

 en el infinito vibrante. Veneno

 azul o sangre, labios cárdenos. 

Soma e intuición sensible a

 las melodías que ondean el aire

 voz de todos los colores y coros

 orquestando la armonía del  mundo. 

 

                           III

 

Canción de las rutas, canción de bosques,

 canción de los minutos sencillos.

 Gallito sin tino, gira. Veleta

 enamorada de los cuatro vientos.

 Luciérnaga, punto sin retorno.

 Sé mi compañera invisible

 durante las horas de este día redondo

 durante todo este largo día, siempre.

 

 

 



                             VERANO

 

 

 

PAISAJE               

 

Arena, virgen de sílice

 balde, multitud de reflejos encerrados por un aro 

   encantado

 colchón, oso deshuesado

 dedo, cigarrillo rubio

 eclipse, mediodía negro 

flan, aguamarina

 guitarra, balsa de olas sonoras

 horizonte, línea plateada

 ice-cream, palacio ruso 

Japón, estampilla

 kilómetro, paso invisible

 loma, corcovo del mundo

 llanto, vicio solitario,

 molusco, laberinto acampanado

 niño, fruto de un día

 ñandubay, textura clara de paletas y placards

 ojo, huevo (Leonardo de Vinci lo demostró al 

   hervirlos)

 pesca, pandemonio de superficie

 quebracho, estructura vegetal formada por círculos 

   concéntricos  de crecimiento parabólico

 radio, caja negra de la cual brota la angustia del 

   fútbol

 sapos, huellas aplastadas de la verde primavera

 termómetro, chupetín de frutilla

 úvula, manjar para los gusanos

 vilano, panadero ensoñado

 wind-surf, velas relampagueando en el azul

 xilografía, plato romboide con un avestruz de

  algodón

 yudo, arte amatoria

 zafiro, Atlántico.

 

 


 

        GIRAN LAS RUEDAS DE BICICLETA...

 

 

Giran los ruedas de la bicicleta, y el aire

 te acaricia el pelo. El sol pone doradas

 en los rayos las gotas salpicadas de los charcos.

 ¡Oh aroma de pino! Invade la fresca mañana.

  

Vas entre bosques de viejos castillos del Tuyú

 pedaleando siempre, prestando oídos a las aves,

 con un pan de queso y aceitunas en la cesta.

 ¡Cómo es hermoso andar los caminos libre!

 

 Nueve días llevas sin tenderte en cama, 

esquivo a las aldeas. Lucila, Aguas Verdes, 

San Bernardo, San Clemente, Las Toninas

  

Te han visto pasar como el vilano. -Incluso 

por senderos abruptos sigues, marchando a pie 

junto al carro, como acostumbran en Escocia.





                           LUCILA


¡Lucila del mar! Tus casas son tristes, 

agrestes y humildes cual cesta de pan. 

 

¡Lucila marina! Tu nombre es fresco y dulce

 y pleno de fragancia como una mandarina.

  

Y tus vagos crepúsculos sombreados de azul 

descienden sobre desérticas pajas solitarias.

  

Y tus nacientes senderos, todavía inciertos 

se pierden en el bosque cual secos arroyuelos.

  

¡Oh! ¿Cuándo iremos a correr por las orillas 

del mar cristalino, retozando felices en tu arena?

 

 

 

 

 

                     SIESTA CAMPESINA


       Flota un avión en el viento celeste...

 

 

 


                    ¡MUERTO!

 


En la mañana cargada de aromas, 

resinas nuevas y rayos azules, 

el ejército federal lanzó una carga 

sobre nuestras tropas apostadas 

en las afueras de Buenos Aires, 

infligiéndonos una completa derrota 

y poniendo en fuga a nuestros efectivos, 

excepto a los que, como yo, quedamos 

abandonados en los surcos de la tierra, 

pisoteados por los cascos de los caballos.

 

 

 


   NOCTURNO ADOLESCENTE

 

Hoy duermo locamente enamorado 

mas veo en sueños una cebra azul; 

hoy quisiera sentirme transportado 

a Citerea, a lomos de un huemul.

  

Mas ¿en qué pienso, si hoy, y mañana 

debo sudar la gota infeliz del estudio 

sin nada parecido a un interludio 

para pasado mañana atender mi bufete?

  

¿Podrá vivir amores un abogado? ¿No estará 

para estas cosas definitivamente arrugado? 

Y en caso que no lo esté, y quiera morder

  

La pulpa sabrosa de una manzana fresca 

¿Tendrá dónde apoyar sus carpetas? 

-Tras la ventana, el árbol está en camisón...

 

 

 

 

  

        ¿No es la mujer el sueño de Adán

         hecho carne?

                                En este sentido 

         es digna de fe la Biblia; 

         porque si nuestras fantasías 

         y nuestros vagos ensueños 

         es cierto que buscan un cuerpo,

         y éste no podemos proveer sin

         darle nuestra propia sangre, 

          (porque el deseo es pompa 

          fugaz si no sustenta aliento, 

          y vive sometido a ley efímera) 

          nada es idóneo como el limo

          ruboroso de una jovencita.

 

 


        ¡BUENA SUERTE!


     Me cruzó por delante una hoja seca.

 

 

 


             HOMBRE LLUVIOSO

 

  Deja ya de llorar por la mujer anochecida...

 

 


                        BANDERINES


 Celeste: mar calmo.

 Rojo: olas de luto. 

 Blanco: bañero ausente. 

 Negro y amarillo: distracción.

 

 

 


                     NOCTURNO

 

 

Los muchachos conversan animadamente o fuman

 sentados en torno a las mesas, bajo los faroles.

 

 La brisa es cálida, con un fresco olor

 a algas marinas, como siempre en verano.

  

Lejos, en la explanada, las luces del puerto. 

Pronto hará su arribo una barca pesquera

  

Demorada largo tiempo en alta mar

 por la suavidad del temperamento costero.

  

-Las muchachas permanecen inmóviles, mudas

 de pie entre las sombras, como estatuas de luna.

 





                     ORILLA


Voy a confundirme con la tarde, y a soñar

frente al mar, que es mi hermano de leche

 -suspensos plomo y sedal en lo profundo-

 con mi caña del color del crepúsculo.

 


 

 

 

Vago sol

 ¿no irás a abandonar el cielo?

 

Brillante lluvia

 ¿no irás a abanicar tus ruedos?

  

Sol fluvial 

¿no dejarás de perseguir los barcos?

  

Lluvia desnuda

 ¿no dejarás semilucir tus baños?

 

 

 


(Espuma viajera)

 

De lejos, blanquísima.

 Burbujas: rosa amarillo

 verde, violeta,

 azul. 

Temblorosas al viento. 

A veces, pintadas sobre la arena. 

Mi pie borra sin piedad 

ni discernimiento su rastro efímero, 

o se las lleva puestas 

a paso de libertad.

  

(Zapatos de espuma)

 

 

 

 

 

 

(Mar de soda)

  

Sábana cristalina

 extendida sobre la verde

 profundidad.

 Ribetes de espuma blanca 

dejan a su paso remolinos

 gaseosos, estirándola hasta la orilla. 

Conmoción. Filamentos de luz.

 Perezosa y transparente

 sobre la arena marrón

 pulida como parquet.

  

(Mar de cerveza)

 

 

 



             VILANOS



Recostado espalda a espalda con mi hermana 

miro volar livianos panaderos en el cielo azul.

 Miles y miles pasan, exhalados por la matriz

 germinadora de los profundos campos en flor.

 

Tomo uno en la mano: debo pedir un deseo 

y soplarlo lejos: pero no me decido, no sé 

qué pedir, es tan vago el curso de mi vida 

que suelto al emisario encargándole volver

  

Otro día. La brisa lo arrebata a mis manos 

ligero como un suspiro, llevándolo alto

con los demás, en cuyo tropel pronto se pierde. 

Allí van todas las esperanzas que dispersa el viento

 

Y no vuelven; y entre ellas la mía, única

 sin objeto. Curioso destino de permanecer

 para siempre incógnita, misterio sin nombre

 escapado de mi alma a las copas rumorosas.

 





DIAS DE OCIO EN EL PARANA

 


Arboles amarillos tocan las aguas

 con sus ramas vencidas: es el verano.

 Mi canoa navega sin puerto fijo.

 Quisiera hoy encontrar un hogar,

 una casa de madera levantada

 del suelo. Allá... más allá de los sauces

 está ese tinglado maltrecho, donde habitan

 palomas. A su sombra quiero descansar. 

....................................................................... 

Se está bien aquí... Perfume y polen

 embalsaman el aire. Me tiendo

 sobre una alfombra de manzanillas:

 mi espíritu da vueltas en el cielo.

 Tengo un solo pensamiento: ¿Dónde

 vive ella? -Isleña, te he visto

 cara al río, triste, por el vidrio

 empañado de la lancha de pasajeros.

 Ibas de guardapolvos blanco, creo,

 y abrazabas carpetas...

 .........................................................................

 Ha caído la noche sobre el delta.

 En mi refugio improvisado, es negra

 la soledad, con fríos puntos azules

 titilando lejos.., entre las frondas

 duerme la mujer que me desvela...

 He botado mi canoa al río oscuro

 y navego, indolente, viendo las formas

 fantásticas de los grandes árboles

 que acechan como negros gigantes...

 

 

 

 

                      DESDE EL BALCON

  

Cielo nocturno y mar en sombras

 alumbran una lejana torta rosa

 sobre el horizonte: crece, al rato

 y suma otro piso tras la nube:

 es ahora una fosfórica torre

 flotando en el negro infinito

 sin moverse, o un navío gigante

 demasiado quieto: no es ninguno

 de los tres, desatinado, iluso

 ahora comprendes: es la luna.

 

 



 

                               OTOÑO




El dinero 

es lo primero;

 el placer

 viene después.

 

 Nada iguala el maravilloso

color del dinero: 

ni los vitraux

 plenos de luz

 ni el vino tinto

 a contraluz.

 

Su fresco crepitar

cuando un banquero

 cuenta billetes nuevos

 es íntimo

 como las hojas de Shelley

 e higiénico

 como la deslumbrante camisa

 del alumno perfecto.

 

 ¡Nada supera el olor del dinero!

 Olor a criptonita

 en fajos de cincuenta.

 Viejo perfume de Sarmiento.

 Hedor histórico

 a Casa de Tucumán

 y frondas sin volumen

 definidas por el claroscuro.

 

 Los billetes de cien

 y los de mil

 ostentan vistosos

 sutiles misterios prestigiosos

 y poco aclarados:

 sobre un cielo oval

 de papel blanco

 ¿cómo aparece el fantasma

del general San Martín?

 La raya de oro

 inconstante ¿comunica

 al tesoro del Banco?

 ¿Y porqué no puede uno

 robársela?...

 

 Las negras levitas

 los bellos galones

 posan gravemente

 entre antiguos cañones

 y granaderos a caballo.

 

 ¡Oh dinero hermoso!

 Ya seas

 un sol de níquel

 abandonado en la vía

 aplanado por un tren

 ya estés

 amarillo en tu ocaso

 gastado por mil dedos

 ¡Aún vivesl

 y te cambias por todas las cosas.

 

 Por eso mereces

 la admiración de las mujeres

 y el aplauso del poeta.

 Ya seriamos bastante burros sin ti.

 

 ¡Hermoso dinero!

 Circula entre tintineos.

 ¡Dinero redondo!

 Gira ante los ojos.

 

 

 

 



Perro de aire comprimido.

 

 Apunto a la perdiz

 y se para tenso.

 Disparo, y se desmadeja. 

  

Perro de burbujas.

 


 

 

 

Océano de gallos.

 

 Voy hundiéndome entre picotazos.

 




 

Cuchillo hueco.

 

 Cortando los árboles congelados.

 

 


 

 

Durísimo teléfono.

 

-¿Hablo con Cusí?

 -¿Qué Cusí?

 -El que se casó con el surubí.

 

 Teléfono fósil.

 

 

 


 

La palabra vale plata.

 El silencio vale oro.

  

(Por las dudas no hablo.

 To laconizein estí filosofín.

 O como dijo San Martín:

 habla poco y lo preciso.) 

 

Sus sílabas son plata.

 Su silencio es oro.

 

 (Esclavo de lo que dije

 y dueño de lo que diré:

 esclavo me ata la boca

 que había liberado un rey.)

  

Tus voces plateadas.

 Nuestros dorados silencios.

 

 (Tengo derecho a permanecer

 callado. Todo lo que diga

 puede ser usado en mi contra.

 Léanme mis drechos.)

  

Voz.

 Silencio.

 

 (Mejor llamo a mi abogado.)

 

 

 

 

 

Huevos podridos,

 huesos podridos.

 

 Bombas exquisitas

 para el teatro.

 

 Huesos podridos,

 huevos podridos.

 

 Cañones prehistóricos

 para el museo.

 

 Huevos podridos.

 

 Con harina mohosa.

 

 Huesos podridos.

 

 Con perfume negro.

 

 

 


 

Carabela otoñal .

 

 Lleva sobre cubierta una fila

 de álamos secos, mientras se pierde

 en el horizonte celeste.

 

 Carabela invisible.

 


 


 

Fuego elíptico.

 

Incendio la cajetilla.

 

 Fuego cuadrado.

 


 


 

Cayena,

 Paramaribo.

 

 Me fui en un Porsche celeste.

 

 Cayena.

 

 Inflado cual panecillo.

 

 Paramaribo.

 

 Siguiendo un túnel de viento. 

 

Cayena.

 

 Hacia un arácnido brillo.

  

Paramaribo.

 

 Cayena, Paramaribo.

 

 

 

 

 

 

Hielo azul,

 Cielo azul.

 

 Delicia cristalina

 para los dientes.

 

 Cielo azul.

 Hielo azul.

 

 Luz compacta

 para los ojos.

 

 Hielo azul.

 

 Con fernet.

 

 Cielo azul.

 

 Con claridades frías.

 

 

 

 

 

Escalera de viento.

 

              Subo cinco o seis peldaños.

  

Pozo de aire.

 

 

 

 

 

 

Escalera de agua.

  

Endurece con el frío.

  

Escalera de cristal.

 

 

 

 

 

 

Botines y espejos.

 

Estalla un pelotazo.

  

Botines y astillas.

 

 

 

 

 

Aceite de aluminio.

  

Rehogo

 un colador cargado

 5' al fuego.

 

Papafritas  platinadas.

 

 


 

 

 

Finísimas maquinarias .

  

Rebanan 100 g. de tiempo.

 

 

 


 

 

 

Ronquísima corneta.

  

Amanece en un cuartel de juguete.

 

 

 

 

 

Luna rosa.

  

Arboles verde agua.

 

Luna lila.

 

 Arboles verde oliva.

 

 




Reloj de caramelo.

 

 Ácido...

 limón y frutilla

 sobre la lengua...

 en un minuto se deshace

 en la boca.

 

 Reloj de tabaco.

 

 Dulce...

 humo azul 

por la nariz...

 en una hora se deshace

 en cenizas.

 

.

 

 

Noche plateada.

 

 Los ángeles escapan

 por la claraboya de la iglesia

 a sus nidos de nubes.

 Dios deja ver su halo

 alrededor de su faz invisible

 donde brilla una pupila

 nívea: la luna.

 

Día dorado.

 

 Los ángeles vuelven

 por la claraboya de la iglesia

 a sus nidos pintados.

 Dios deja ver su aureola

 alrededor de su faz invisible

 donde brilla una pupila

 roja: el sol.

 

 




 

 

                   INVIERNO

 

 

  

 

helado como la escarcha

 helado como la nieve

 helado como el granizo 

helado como el hielo

 helado como los témpanos

 helado como estalactitas

 helado como el invierno

 helado como Siberia

 helado como pingüino

 helado como el alba

 helado como Septentrión

 helado como sol blanco

 helado como glaciar

 helado como gelatina

 helado como escandinavo

 helado como manzana fría

 helado como corazón

 helado como entumecimiento

 helado como el temblor

 helado como el miedo

                  

 

                                  

 

 

 

 

esquiadores por laderas empinadas

 esquiadores como penitentes blancos

 esquiadores sobre raquetas de tenis

 esquiadores con plumas negras

 esquiadores con guantes de amianto

 esquiadores con cascos de esgrima

 esquiadores con arpones cazafocas

 esquiadores con bolsillo mosquitero

 esquiadores con gafas amarillas

 esquiadores con cara de bufanda

 esquiadores con pétalos en jaulas

 

 

 


 

 


   LA COSA DEL PANTANO

 

 

El cerebro de acelga respondía:

 "Aprende el arte sereno del paisaje.

 Ningún mortal ha visto el cerco

 donde los viejos árbolés meditan 

eternamente bañados por el rocío.

 

 "No hay noches en sus días, ni días

 en sus noches. Ellos sueñan en el seno

 de la luz, agriando mieles silvestres,

 que gota a gota filtran de los panales

 colmados en la estación ubérrima.

 

 "Sus vientres huecos cobijan telarañas

 que tiemblan con el viento, sombras

 de ocho patas suben y bajan pulsando 

 sus hilos tendidos como una lira.

 Es extraña su canción, te lo aseguro.

 

"Y aún sus raíces se estremecen

 por la noche, atadas a la tierra.

 Pero nadie perturba su sueño.

 Cuando una vez avino un extranjero

   con pulmones cotiledóneos y pie foliado

 

 "A mamar la antigua sabiduría del bosque

 fue rechazado, ignorado por los árboles eternos

 quienes decretaron su destierro en augusto cónclave.

 Al pantano donde nació le enviaron de vuelta,

 a chapotear por siempre en la ciénaga inmunda.

 

 "Y chorreando lágrimas de lodo, el Ser

 cuyo crestón rojo con la ira se encabrita,

 se hundió de nuevo en la espesura 

donde no penetra el sol, a ocultarse

 de todas las miradas que le herían."

 

 Así habló aquel a quien las penumbras

 evitaban la vista. Yo, cuya tez pálida

 por el continuo trabajo en las minas asemeja

 un tísico, abandoné ese bosque húmedo

 con mi carga de carbón, sin volverme

 

 A mirar atrás, hasta llegar a mi choza.

 Pueblo de misterio, nadie le ha visto,

 como no fuese aquel miserable Jacinto

 que el invierno pasado se hundió,

 dando horribles alaridos, en el agua oscura.

 

 

 

 

              


CEPHALONIA

 

 

Verde, verde y luminosa es la montaña

 por cuyas laderas corría en mi juventud

 buscando una manzanilla de corazón dorado;

 más allá de ella yacen los mares de azul 

carbónico, con islas que mienten no tener fin

 bajo un cielo de tormenta azul mate.

 Una sombra viajera ha cubierto la tierra

 y un viento húmedo llega a mi refugio

 anunciando la lluvia; miro los ojos ciegos

 de una estatua y aspiro ese aire pesado.

 

 




                     ALHAMBRA

 


Las llamas danzantes de tus fuentes

 pueblan de largas sombras los patios

 oh sultán, invoca ahora si gustas

 los genios maléficos del fuego.

 

 






Arbol disparado al cielo trébol

 tamizando el prado regaliz

 aquí fuimos felices

 cuando los hurones pasaban en tren

 

 máquina esmeralda a pleno sol

 entrañas de agua funcionan

 

 serrucho mineral prolijo interminable

 cristales bajo el río brillan

 

 nuestra carpa cónica de indios

 estrella de piedras blancas

 

 


 

 

 



Lomos de cerro negro mate cocido

 crudo lomo de piedra negro y gris

 bruñido

 

 estrellas escarapelas de la noche

 cielo a franjas azul y celeste

 alternas

 

 campo dormido campo través

 ranchos lejanos ranchos sin luz

  

el destino del perro negro

 es el camino del paria

 

 

 




 

          ESTANCIA LAS AMALIAS

  

 

Lluvia amarilla y violeta entre los sauces

 tristeza sin fin, soledad de mi alma mustia

 de pasear por los bosques, en los finales

 grises donde la tarde se sienta a morir.

 

 Soy el último de una vieja estirpe

 criolla; mi prima, a quien yo amaba

 apasionadamente, yace en la glorieta del parque;

 ángeles de piedra custodian su sueño.

 

 La furia ciega del destino que persigue

 generaciones me ha quitado todo consuelo;

 consagraré mi vida al culto de Ella

 hasta que yo mismo me convierta en recuerdo.

 









            JUEGO DE INFANCIA

 

 

          Llamas blancas en el cielo.

 Lejos, las voces de la aldea,

 

 Ronquido de un camión que no llega

 a perturbar la paz de la tierra

 

 Adormecida por el silbo de un pájaro.

 Arco íntimo y rápido de un talón

 

 Bajo el follaje azul,

 alba de un cuerpo desnudo

 

 Que consume su pasión

 en el humo luminoso.

 


 

 

 

 



                              PRIMAVERA

 

 




               SOLSTICIO

 

Gloria radiante del día celeste

brinda lastimándonos las canillas

idílicas espinas de crema batida.

 

Forro del pantalón vuelto al revés

elude el imperio del sol escueto

bajo dulzuras de la sombra cítrica.

 

Ganas de mejorar la vida, impulsos

 filantrópicos, intuiciones aéreas,

 suspiros...

 





              CALLE DESIERTA

 


Camina marcando las dos menos diez.

 No es tarde, no es tarde, hombre apresurado.

 

 Cuerpo escultural ¿cómo es posible, tú

 que debieras dar las doce en punto

 

 Cuando los deseos vuelan hacia tí silbando

 como el viento por el hueco de un tronco?

 

 (El sol cae como un bombazo sobre la esquina.

 Ya el llanto hace rodar por tus mejillas

 

 Ríos transparentes que brillan como el oro)

 ...No es tarde, no es tarde, hombre apresurado.

 







                    CYCLAMEN


Ojo de agua enfoca rosas submarinas. . .

 

 

 



                        HYMEN


          Cielo son volutas de humo azul...

 

 

 



                   CANCION

 

 

Rosaleda violeta arboleda azul

 30% de disminución auditiva

 

 Luna negra ojos dorados

 repunte en bonos y acciones

 

 Agujas de agua caballos de azabache

 tensión diplomática entre España y Canadá

 

 Ojos violeta luna azul

 casi olvidé que te quería

 

 Rosaleda negra arboleda de azabache

 casi olvidé que te adoraba

 

 Agujas doradas caballos de agua

 casi olvidé que eras mi vida.

 









                 ALBUM AZUL

 

 

Hoja celeste de cielo

falda de mar rosado.

 

 Hoja de pétalo azul

 cinta de hormigas negras.

 

 Hoja de nube lapislázuli

 oro de sol en polvo.

 

 Hoja de cielo rosado

 falda de mar lila.

 

 Hoja de pétalo negro

 cinta de hormigas grises.

 

 Hoja de noche lapislázuli

 nieve de estrellas caídas.

 








                     BESO



Suave se desliza la luz rosa sobre las colinas.

  A lo lejos, un ave canta larga y tristemente

  antes de volar. Miro en torno: manantiales, caballos

  y tábanos, árboles susurrantes, nubes azules,

 

 Quizá por última vez. ¿El año que viene

 me encontrará? De uno a otro pie descalzo

 median meses de vano deambular por la calle

 encerrado en la horma de un zapato italiano.

 

 Decir, como la mendiga que holla con su planta

 la escalera del puente, que cada paso es un beso

 a la tierra, que cada mirada es un beso al cielo,

 que cada aliento renovado es un beso al mundo.

 

 

 

 

 

 

 

  

ARPEGIOS CON SOL BLANCO

 

 

 Lluvia verde sobre grama oliva

 niebla rosa sobre flores rojas

 brisa lila desde frondas violeta

 cielo celeste sobre mar azul.

 

 





 


                GOLONDRINA

 


Suelta el ala sobre el mar, que ya el cielo

 pone azul en la acuarela de la tarde;

 abandona el albergue blanco y rojo

 del campanario donde hiciste tu nido

 que ya la estación se muda, y con ella

 el horizonte redondo de tu ojo negro.

 

 




 


                      TRIGAL

 


El campo ondeante

 levanta olas rubias

 de trigo maduro;

 un susurro apagado

 corre por su extensión

 desierta y fatal

 donde bandadas de cuervos

 persiguen las almas gogh

 y expira, lejos 

en rompientes silenciosas.

 

 

 


  

 

 

Las copas de la arboleda son nubes:

 

 El plátano un nimbo

  blanco y gordo

 -debajo pastan vacas. 

 

 El cerezo un cirro

   tenue y rosa

 -debajo juegan duendes.

 

 El ombú un cúmulo

   negro y cargado

 -debajo te di un beso.

 

 

 




                   CIELO ROSA

 

                                  

          Mujer, no creas que venciendo

 la indolencia de esta tarde elegíaca

 vaya a escribirte unos versos;

 es que mi corazón, ruiseñor pardo

 se ha ido a los altos chopos

 a esperar la noche, retozando

 en las ramas, y no sabe volver.

 Tal vez con la aurora despierte

 entonando un canto maravilloso

 y triste, que estará dedicado a ti.

 

 

 


 

 


Voy con el viento que mece

 

un pétalo de rosa

 una gota de agua

 una pluma de ave.

 

 

 




                        VISIÓN

 

 

 Mar redondo.

 Cielo verde.

 

...Y nubes despeinadas.

 

 

 





                        SUSPIRO

  

 Suspira el paisaje por ti, primavera...

 lloran las nubes... el bosque azul

 tiembla de angustia... por ti, primavera...

 

 

 



ARMONIA DE LA TARDE

 


Los trinos

 recorren las frondas

 en escala que va

 del agudo al grave.

 

 Las plumas

 abanican el cielo

 en gama que va

 del violeta al blanco.

 

 

 




                     AIRE PURO

 

Temblando está la pompa de jabón;

 el cielo refleja y el sol dorado,

 el campo verde y la arboleda azul;

 sube, sube, inconsistente y frágil

 como un pequeño mundo efímero

 y estalla al punto, sin dejar rastro.

 

 

 




   ALMA DE VIOLETA


 

Violeta triste, violeta frívola

 de la arena mojada has bebido

 la última gota de humedad.

 Al aire has lanzado tu último suspiro

 mendiga a la luna su fría piedad.

 Violeta triste, violeta frívola...

 

 




 

 
    MEDUSA

 

 

¡Isla de rayos vivos

 mecida por las olas,

 joya del mar azul!

 

 




                       ANILLO

 

 

Débil titilar de tus rubíes,

 promesa de amor inaudible

 en la tarde inmensa, sin ella.

 

 

 

 

 


                       NECTAR

 


  Bebo el agua clara de una nube de verano

  contenida en blanca rosa, como una copa.

 

 

 


 

 

Verdes cimas suspirantes

 torna áureas el sol:

 ¡pajarillo cárdeno

 mecido por la rama

 última, llama de amor!

 


 

 




 

         CANCIONES PROVINCIALES

 




Un riacho en forma de rayo

 baja la cuesta: helado está,

 llegando desde nevadas cumbres

 donde el día es blanco, carne

 de crudo invierno, por bajos

 lechos de piedra que interrumpen

 cascadas, hasta los llanos verdes

 risueños de albahaca y manzanilla.

 Y se desata al beso de primavera

 azul...

 

 





                  SOL DE MAYO

 

Macetas rojas en V contra el cielo azul:

 

Hoy es día de gloria, para las lavanderas

 que salen a baldear por las azoteas.

 

 Macetas rojas en V sobre los balcones:

 

 Hoy es día de gracia, para las viejecitas

 que salen a solearse con los canarios.

 






                RELOJ DE LUNA


 

  Media luna de humo.

  

-El cielo occidental, sobre el desierto

 ya está luciente como una perla gris.

 

 Media luna de nubes argentadas.

 

 -El cielo oriental, sobre el océano

 ya está profundo como un diamante negro.

 




 


                       FUGA

 

        Con botas color cielo camino lejos...

 

-Nadie me verá, y en la mañana

 hollaré todo el polen del campo.

 

 Con botas color tierra vengo de lejos...

 

 -Nadie me oirá, y por la tarde

 seré otra vez un paisano.

 





                   CREPUSCULO

 

 

 Sol tras los abedules: oro rojo y verde inglés.

 Burgueses concurren a la iglesia provinciana

 vestidos de domingo, convocados por vísperas.

 Oigo un abejaruco cantar sobre el ramaje

 

 Lejos, en el bosque oscuro: cita nocturna.

 El cura habla con voz dulce a su grey

 complacida de verle en papel de hermano

 mayor: cuando la guitarra desgrana un acorde

 

 Desatando las voces jóvenes, es una ola

 incontenible de emoción que me echa al patio.

 Allí todavía desentona mi levita de terciopelo

 negro, y la esfera amarillenta de Ulises Nardin

 

 Que asoma a medias del profundo bolsillo

 entre manoseadas tarjetas de duelo. Abuelo

 me conjuró a usar su ropa por cinco años;

 no puedo hasta entonces gozar mi edad.

 

 

 

 

 


                OTOÑO

 


 Durante todo este día he seguido

 el carro que junta los pardos rastrojos

 por las plazas y las calles de tierra 

         bajo un cielo hosco.

 

 Durante toda esta tarde he seguido

 la huella del caballo y las ruedas

 por los caminos rojos, verdes y amarillos

         bajo un cielo nublado.

 

 Ásperos son los olores. Los pájaros disparan

 a lo invisible, donde tienen sus nidos.

 -Y la melodía de la lluvia suena 

          en cada hoja seca.

 





                   LIRICA

 

 

 La tarde enreda gritos

 a la cola de los barriletes.

 

-Transparencias verdes

 y azules tiene el cielo-.

 

 Bajan las estrellas

 a beber al río.

 

-Los niños las cazan

 con sus redes-.

 

Campanadas explotan

en el aire negro.

 

-La noche se astilla

como un vidrio-.

 





HISTORIA DE PUEBLO

 

 

Ese pañuelo huele a Dios;

 lo ha tomado

 el niño con sus manos

 y lo ofrenda a su madre.

 ¡Huele a Dios! Asustada,

 la madre lo lleva al cura.

 Este sabe qué ha de hacer.

 Lo mete en un relicario,

 de donde no ha de salir 

sin permiso, como perrillo faldero.

 ...Tiempo después,

 bandoleros saquean la iglesia

 y roban el pañuelo.

 ¿Huele a Dios? Ya no.

 El pañuelo se pierde.

 ...Pasa el tiempo...

 El cura se ha muerto,

 y la madre...

 El niño se ha hecho abuelo...

 Una tarde toma el fresco

 en el porche, recordando...

 Saca un pañuelo del bolsillo...

 Huele a Dios...

 

 



 

CIELO POR LA VENTANA

 

   Azul limpio donde nada, lejana y dulce, una campanada...

 

 

 

 



DESPUES DE LA LLUVIA

 

¡Oh mira el cielo sobre el campo 

        celeste tierno

 y mira el cielo sobre el mar 

        nublado azul! 

 

Un arco iris, todo esmeralda

         rubí y oro, 

unió el cielo con la tierra

         recién lavada.

 

 

 



          APARICION


La luna en el cielo de la tarde

  es un fantasma tan vago, que parece

  una nube, redonda y pálida.

 

 

 

 


                        AMOR

 

  

 Otoñales, los árboles iluminan

 nuestro encuentro en la soledad

 como suaves hogueras de oro claro.


 

 




           ADIOS

 


Inmenso mar sin consuelo,

 manto eterno con olas de oro

 voy a ti, desnudo y solo.

 

 

 

 

 


    INSPIRACION

 

El último rayo del sol

y el primer rayo de luna

se encuentran en mi frente.

 

 

 



                      PLENITUD

 


El colibrí suspende su vuelo

ante el fuego blanco y verde

del macizo, y liba la flor.

 

 



 


                           PAZ

 

 

¡Agua rosada en el cielo

 es la nube del ocaso, lago

 donde se bañan los ángeles!

 

 

 





                     DIA LLENO

 


Creces por semanas hasta el plenimerio

donde maduran los sueños candeales

 

Vida dorada, amasijo de esperanzas

por quien dilapidamos vida fresca.

 

Nadie sabe cuándo llegas, ni cómo te vas.

Te hemos consagrado una llama perenne

 

En cada pecho, Día de los Dones

para aguardar en vigilia tu llegada.

 

Y si tu aliento aroma, si de tu boca

el soplo nos despeina...